La testificación y la evangelización
En la actualidad existe un
inmenso número de denominaciones cristianas, que se autoproclaman como
portavoces de la verdad. Si a esto
incluimos todo un espectro de creencias de tipo ‘espirituales’, que incluyen
canalizadores y libre pensadores, la oferta se amplía notoriamente.
Otro aspecto importante a
considerar es la no necesidad de Dios por lo menos en occidente. Al parecer las personas no están necesitando
de ayuda sobrenatural; porque sus condiciones pueden ser mejoradas gracias a su
esfuerzo personal. Es verdad también que
cada vez existen menos personas dispuestas a creer en Dios tal cual lo
conocemos por medio de las Escrituras, y que el agnosticismo, el secularismo y
la indiferencia hacia los postulados bíblicos, ha tomado palco en los jóvenes. Además, grupos tanto cristianos como los
denominados ‘espirituales’ llenan de información sobre el fin del mundo,
atentando directamente contra la seriedad de la escatología bíblica.
Sin embargo es en este contexto y
a este mundo al que hemos sido llamados por Dios para anunciar un mensaje
especial, único y pleno. En un contexto
donde el relativismo es quien determina la verdad, la Biblia presenta un
mensaje no relativo y cuyo resultado tiene connotaciones de vida eterna.
Evangelización
El texto de Mateo 28:19,20,
presenta una acción continua entre lo que es hacer discípulos, bautizar y
enseñar, no es que primero haya que enseñar, luego bautizar y luego hacer
discípulos, las tres son continuas; es decir, mientras enseñamos, bautizamos y
mientras bautizamos, también hacemos discípulos.
Vale la pena hacernos la pregunta
de ¿por qué evangelizar? ¿Por qué mejor
no hacemos una mantención de la iglesia que tenemos? La respuesta a la segunda
pregunta es muy clara, si consideramos que el mandato de Cristo es continuo,
entonces no podríamos concebir una iglesia viva que no evangelice y se dedique
exclusivamente a la grey y su alimentación.
La evangelización es esencial tanto como el discipulado, porque los
discípulos son los que comunican el mensaje de salvación. Incluso si hablamos de la evangelización,
debería ser un acto que no concluya con el bautismo, porque el bautismo es un
resultado de la proclamación que hacen los discípulos y los discípulos
continúan permanentemente evidenciando en su vida los resultados de esa
proclamación.
En el caso de nuestra iglesia, la
proclamación no puede dejar de tener trascendencia, si hay una iglesia que
tiene la responsabilidad única de evangelizar y anunciar una verdad puntual es
la Iglesia Adventista. Es verdad que la
misión es de Dios y que nosotros somos parte de ella, pero no hay que olvidar
el llamado profético en un contexto escatológico hecho a nuestra iglesia.
El concepto de Missio Dei señala
que Dios utiliza a todas las instancias y todas las personas para comunicar su
mensaje de salvación. Sin embargo, y
como hemos señalado en el contexto profético, nuestra iglesia cobra un sentido
especial y único. No podemos dejar a un
lado este concepto que es trascendental en cuanto a la misión que es de Dios;
pero que ha hecho a esta iglesia partícipe en forma especial de un mensaje único
para este tiempo.
No se trata de denostar a las
otras congregaciones y tampoco de ir y señalarles lo que desde nuestro punto de
vista están equivocados, de lo contrario borraríamos la intención divina con
nuestros hechos. La responsabilidad y el
privilegio que tenemos es única; porque el mensaje que entregamos siendo en su
totalidad bíblico; no es comprendido correctamente por todos los cristianos,
aún siendo sinceros.
Por ello es que el triple mensaje
angélico de Apocalipsis 14, nos
identifica en su totalidad y asumimos que somos parte de él. Piense lo que esto significa en un mundo que
está convulsionado, podemos levantarnos con un mensaje que proviene de parte de
Dios, puntualmente para este tiempo y que trae esperanza. Si consideramos las expectativas de vida y la
gran cantidad de calamidades en todas partes, podemos asumir nuestra
responsabilidad de envolvernos en el plan divino de salvación para con los habitantes
de este planeta.
Por esto es que nuestra iglesia
no puede dejar de evangelizar; si dejamos de hacerlo, lo más probable es que
muramos como iglesia y eso no puede ser, porque Dios tiene planes en su misión
para con esta iglesia hasta el fin del mundo.
Una iglesia viva es aquella que hace de la indicación de Cristo su motor;
porque constantemente está enseñando, discipulando y bautizando.
‘Me seréis testigos’
La evangelización no puede
realizarse sólo por iniciativa humana, es indispensable el poder divino porque
así la combinación divino humana, hará de hombres comunes, grandes
proclamadores de una verdad maravillosa.
Una de las indicaciones de mayor
poder es la que registra en el libro de Hechos 1:8, Jesús señala a sus
discípulos que la estrategia para compartir las buenas nuevas de salvación es
la testificación. Es decir, la
testificación es la gran estrategia de evangelización. Los testigos son
aquellos que tienen algo que contar sobre lo que Dios ha hecho en sus vidas;
hablamos de vidas transformadas por el accionar del Espíritu Santo y puestas al
servicio de Dios.
La testificación es la mejor
estrategia para comunicar a otros sobre las grandes cosas que el Señor ha
hecho. Piense un momento en la mujer que
tocó el manto de Jesús, o en Zaqueo que fue reivindicado socialmente por Jesús,
o María Magdalena, cuánto amor y
agradecimiento tenían por Jesús. Él
había hecho maravillas sobrenaturales en sus vidas. Había logrado que el evangelio, las buenas
nuevas trastocaran y transformaran por completo sus vidas. El nuevo nacimiento es un milagro que
proviene primero por la aceptación a la invitación que Dios hace, luego ese
milagro transforma al individuo y llega a ser una nueva persona.
Los testigos son aquellos que
tienen algo que decir sobre lo que Dios ha hecho en sus vidas. Puede ser que Dios hizo un milagro de
sanidad, o salvó su matrimonio, o bien un día no encontraba sentido a su vida,
sin embargo luego del encuentro con Cristo, las perspectivas y visiones cambiaron
radicalmente.
En conclusión, la iglesia debe
movilizarse para compartir el mensaje que Dios le entregó para dar a conocer en
este tiempo. Este mensaje esta resumido
en el triple mensaje angélico de Apocalipsis 14. La evangelización, incluye bautizar, enseñar
y hacer discípulos como una acción continua, eso quiere decir que convivimos
permanentemente con estas tres características.
Finalmente como la misión es de
Dios, nosotros tenemos el privilegio de participar de ella. Al ser de Dios la misión, nos asegura el
éxito y el triunfo final que permitirá muy pronto como iglesia entrar a las
mansiones celestiales.
Nuestro llamado es un compromiso muy serio, solo el Espiritu Santo
ResponderEliminarnos ayudara en esta mision ...clamemos en oracion el Señor hara.