martes, 17 de abril de 2012

La necesidad de una iglesia carismática


La necesidad de una iglesia carismática
Por Aarón A. Menares Pavez©
Pastor Distrito Osorno Centro
Asociación Sur Austral de Chile


Hablar de una iglesia carismática no necesariamente es hablar de una iglesia en donde se experimenten liturgias de mucho ruido y desorden.  Una iglesia carismática es aquella que experimenta el crecimiento de sus miembros y que ponen al servicio de Dios su vida en total sumisión para ser utilizados por el Espíritu Santo por medio de los dones.

Posiblemente estamos muy en deuda en cumplir y realizar un servicio considerando los dones de cada uno.  Esto puede deberse a varias razones.  Posiblemente y con el afán de distanciarnos con las iglesias  denominadas carismáticas evitamos el tema, sin embargo nuestro origen como denominación no pudo haber sido sin la manifestación poderosa del Espíritu Santo y los dones, evidenciando el don de profecía.

Otra de las razones es que posiblemente no hemos dejado que el discernimiento espiritual nos conduzca para fortalecer y edificar en aquellos que poseen un don y literalmente les impedimos utilizarlo y ser una bendición para la iglesia.

Todos con un don por lo menos
Pedro señala que en la iglesia cada uno ha recibido por lo menos un don, la responsabilidad entonces es de ‘ministrarlo a otros’, “como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios” (1Pedro 4:10).  Esto quiere decir que nadie debería quedar sin hacer nada.  Por una cuestión que podría ser de tipo cultural, pareciera que algunos dones son más importantes que otros; sin embargo ese es un pensamiento equivocado.  La iglesia en su conjunto para cumplir con la misión de Dios, necesita del accionar de cada uno de sus miembros y de la utilización de las virtudes y dones que Dios ha conferido a cada uno.  El texto de Pedro también señala lo importante que es la adecuada administración de ese don en el contexto eclesiástico.

¿Que son los dones?
Dicho de una manera muy sencilla, son regalos otorgados por Dios para su iglesia.  Estos regalos son para cumplir los ministerios que atenderán las diversas necesidades de la iglesia.  Los dones definitivamente harán crecer la congregación.  Para Peter Wagner “un don espiritual es un atributo especial que el Espíritu Santo da a cada miembro del cuerpo de Cristo según la gracia de Dios para usarlo en el contexto de su cuerpo” (Peter Wagner, Sus dones espirituales, 38).  Los dones a diferencia de los talentos son de uso exclusivo para el crecimiento integral de la iglesia.  Al crecer la iglesia, lo hacen también sus miembros de manera individual.    “Es fácil confundir dones espirituales con talentos naturales.  Todos nosotros poseemos talentos heredados. Los cristianos dedican todos sus talentos al Señor, pero el Espíritu Santo no siempre convierte los dones naturales en dones espirituales” (J. Zackrison, Dones espirituales, 6).  “Los talentos que Cristo confió a su iglesia representan especialmente dones y bendiciones conferidos por el Espíritu Santo” (White, Parábolas de Cristo, 327).

Hay diversidad de dones
Dios ha conferido a su pueblo una gran cantidad de dones, las razones podrían ser las siguientes.  “Todos los hombres no reciben los mismos dones, pero se promete algún don del Espíritu a cada siervo del Maestro” (Palabras de Vida, 328). “Los dones espirituales se prometen a cada creyente de acuerdo a la necesidad de la obra del Señor” (El Deseado de todas las gentes, 763).

Dios tiene diferentes modos de obrar 
Este aspecto es muy importante, porque no cierra la evangelización a tan solo una estrategia o para que sólo algunos dones sean utilizados. El Señor puede obrar por medio de distintas personas, no importa si los creyentes son con mucha o poca educación formal; Dios se manifiesta y capacita a los distintos creyentes para que estos sean utilizados para el avance de su obra.

Porque la diversidad promueve la unidad en un esfuerzo armonioso 
Cuando los individuos en su conjunto ofrecen su voluntad a la influencia del Espíritu Santo y se avocan al servicio de la iglesia, en su conjunto se producen milagros sorprendentes.  La unidad de los creyentes y su interés en aportar al conjunto – la iglesia-, trae consecuencias muy positivas. Muy por el contrario, cuando existe división se hace imposible que el Espíritu Santo pueda obrar en los creyentes.  Entonces los dones ya no son utilizados para la iglesia sino para sí mismo, y por lo tanto ya no cumplen la función espiritual y su radio de influencia queda limitado a la capacidad del individuo, lo que trae como consecuencia una espiritualidad muerta. 

Porque hay diversas mentes que alcanzar
Este aspecto debe ser considerado de manera especial.  Como cada individuo es único, Dios también ha provisto de manera especial alcanzar cada mente.  La individualidad es respetada incluso por Dios, por ello es que no todos tenemos los mismos dones para enriquecer con la individualidad el cumplimiento de la misión de Dios.

Para la edificación de la iglesia
Los dones espirituales tienen un objetivo en la misión de Dios y para la edificación de la iglesia.  La edificación de la iglesia no es la edificación de los egos individuales; porque en el contexto de la congregación, no son los individuos los importantes, sino que son en su conjunto, y es así como Dios actúa en su favor. 

Pablo distingue la trascendencia de la edificación y el crecimiento de la iglesia en todas sus áreas, incluido el numérico.  Sin embargo no es este el único, como posiblemente se cree.  Es verdad que el aumento en nuevos bautismos es necesario y es una ordenanza divina, pero no se saca nada en crecer en nuevos miembros, cuando otra gran cantidad sale por la puerta trasera.  El crecimiento eclesiástico debe ser de manera integral y sana. 

Por ello es que Pablo distingue esta cualidad, “pero el que profetiza habla a los hombre para edificación, exhortación y consolación. El que habla en lengua extraña, a sí mismo se edifica; pero el que profetiza, edifica a la iglesia. Así que, quisiera que todos vosotros hablaseis en lenguas, pero más que profetizaseis; porque mayor es el que profetiza que el que habla en lenguas, a no ser que las interprete para que la iglesia reciba edificación. Así también vosotros; pues que anheláis dones espirituales, procurad abundar en ellos para edificación de la iglesia” (1Corintios 13:3-5, 12). “¿Qué hay, pues, hermanos? Cuando os reunís, cada uno de vosotros tiene salmo, tiene doctrina, tiene lengua, tiene revelación, tiene interpretación.  Hágase todo para edificación” (v.26).

La edificación de la iglesia que Pablo presenta en Efesios 4: 12-16 debe ser examinada de manera especial.  Si consideramos la recomendación del apóstol, los dones no tienen otro objetivo más que el crecimiento, la edificación, el perfeccionamiento (v.12), y el equipamiento de de sus miembros (v.12, 16).  Esta acción también  incluye brindar solidez doctrinal (v.14), la edificación en amor (v.16) y mantener la unidad (v. 13, 16).

Pablo intenta hacer entender a los creyentes lo vital que es mantener la unidad (4:1-16), se observan dos divisiones en el texto que son importantes de comentar.  En los primeros seis versículos exhorta a su audiencia a vivir “como es digno de vocación” con que fueron llamados.  Es decir, en unidad.  En los vss. 7-12, Pablo comienza la segunda parte con un pensamiento diferente.  Introduce el concepto de diversidad de dones en la distribución de la gracia por parte de Cristo.

Dios ha entregado una variedad de dones a su iglesia
No todos reciben el mismo don (1Corintios 12:4). Es el Espíritu Santo quien determina cuáles miembros de la iglesia recibirán que dones (1Corintios 10:11). Por lo tanto, él nos usa a nosotros y no nosotros a Él. La variedad de dones está dispuesta para promover la unidad, no la división.  Cada don es importante.  Cada uno tiene su propio lugar y función.  No hay un don que sea más importante que el otro.  No existen los dones de “primera clase” y los dones de “segunda clase”. Dios ha entregado de manera milagrosa los dones a su iglesia.  Cada uno es de importancia vital para la iglesia en su misión para este mundo.  La combinación especial de los dones ha sido ordenada por Dios (1Corintios 12:18; 21-25).

Tres categorías de dones
Dones de ministerio. Proveen oportunidades para servicios cristianos reconocidos a través de la iglesia.  Estos dones los describe Efesios 4 e incluye pastores, maestros - El caso de los pastores, Pablo los distingue como maestros, no es que sean dos dones distintos, sino que juntos-, administradores, profetas y apóstoles.  Algunas personas trabajan para la iglesia en capacidad oficial, y es muy necesario para el liderazgo y desarrollo de la iglesia. 

Dones de manifestación. Son los resultados sobrenaturales del Espíritu Santo en nuestras vidas y en las de los que reciben nuestro ministerio.  La sabiduría, la fe y la hospitalidad son buenos ejemplos.

Dones de motivación. Dan al creyente el poder necesario para que se concentre en un aspecto particular de interés cristiano.  Lleva a cabo su ministerio a través del poder vivificante del Espíritu Santo.  Cada cristiano tiene uno de los dones de motivación descritos en Romanos 12:6-8.

¿Qué hacer?
Es muy importante para el crecimiento espiritual personal y de la iglesia considerar los dones espirituales.  Ninguna iglesia puede crecer sin el poder sobrenatural del Espíritu Santo, y es Él quien otorga los dones que capacitan y califican a los creyentes para realizar la obra de Dios. 

Un elemento que hemos considerado y que es de vital importancia es que nadie trabaja para sí mismo, -es verdad que nosotros al recibir y utilizar el don que hemos recibido, somos los más beneficiados-, eso es un resultado que viene como consecuencia de haber entregado todo a la causa del Señor, sin embargo el fin último es la iglesia y su crecimiento.  Por esta razón es que la unidad entre los hermanos es fundamental para que Dios pueda utilizarnos, porque sólo en unidad Dios actuará en beneficio de todos y de su causa.

Como consideramos sagrada la tarea de la iglesia, es también nuestra responsabilidad ‘esforzarnos’ por descubrir el o los dones que el Señor nos ha dado.  Para ello se requiere oración, estudio de la Biblia y algo muy importante, la confirmación de la iglesia.  Por lo demás si cada uno dedica su vida al Señor y su causa y pone a disposición sus dones, podremos ver una iglesia unida, viva y en constante crecimiento saludable, ya que cada hijo de Dios posee por lo menos un don.  Así nuestras iglesias cada vez serán más carismáticas y cumplirán los propósitos divinos. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario