martes, 12 de julio de 2011

El sábado y la adoración

El sábado y la adoración
Por Aarón A. Menares Pavez©
Profesor de Teología Universidad Adventista de Chile

Cuando tratamos el tema del sábado, no podemos separarlo de la adoración. El asunto de tener un día puntual de adoración, no se solo relaciona con cual día es separado para cumplir con el requerimiento divino. Este es uno de los argumentos de muchos al señalar que el mandamiento es separar uno de cada siete y dedicarlo a Dios, por lo que daría lo mismo cual día es separado con tal de hacerlo.

Por otro lado está la argumentación a favor del domingo como día del Señor, sin embargo, no existe argumento bíblico a favor del domingo como día de reposo. Por lo que esto debe ser comprendido a la luz de la autoridad de Dios –la Biblia- y la adoración que Dios busca.

Considerando que Satanás buscó la adoración para sí en el cielo cuando se reveló, lo hizo también cuando tentó a Adán y Eva, deberíamos entender entonces que el asunto del sábado es una cuestión de adoración. Al observar lo relacionado al inicio del pecado en la tierra, identificamos por lo menos dos cuestiones fundamentales; ambas aparecen como oferta diabólica para los hombres.

La primera está íntimamente relacionada con lo cultico y la adoración. Eva y Adán podrían ser como Dios conociendo el bien y el mal. Esta es una mentira, porque jamás un ser creado podrá ser como Dios. Es cierto que buscamos una cercanía con Él y cantamos: ‘Ser más semejante a Jesús’, sin embargo, no era eso lo que Satanás planteó a Eva. Lo que propuso la serpiente fue usurpar el lugar de Dios.

De paso esta ha sido la gran aventura del diablo, atentar contra Dios, su nombre y su santuario; porque su intención belicosa y destructiva busca debilitar la confianza de las criaturas en Dios. No se olvide que el conflicto entre el bien y el mal es también un asunto de adoración. Por ello es que lo primero que buscó Satanás en la humanidad fue la adoración; desviando la mirada de ellos de Dios hacia ellos mismos. Esta también fue la intensión en el desierto de la tentación con Cristo.

El segundo argumento en este asunto tiene que ver con el establecimiento de un mensaje paralelo por parte del diablo, esta es una estrategia que es muy común incluso en nuestros días. Satanás se ha mantenido con un mensaje paralelo, digamos que un ‘evangelio’ paralelo. Cuando la serpiente le dice a Eva que no morirá, establece este mensaje contrario a lo que Dios ya había señalado que morirían. Lo mismo podemos aplicar al tema del día de reposo, cuando se establece el domingo en forma paralela y toda su asociación con el paganismo. Dios estableció el sábado para que la nueva creación lo celebrara como el creador.

En la discusión sobre el día de reposo, encontramos que se ha establecido también un día paralelo al sábado, el domingo. Es verdad que no existe argumento a favor del domingo como día de reposo. También es claro identificar que tiene un origen pagano, claro, Satanás se preocupó de hacerlo suyo desde casi el inicio de la humanidad. La historia da cuenta de toda la adoración en torno al sol por parte de la mayoría de las culturas paganas. Esto no es casual, no se olvide que Satanás siempre ha buscado la adoración que le corresponde a Dios. Cristianizar el domingo como día del Señor fue obra de Constantino en el siglo III, práctica que hoy siguen la mayoría de los protestantes.

Pero, insistimos, no es una cuestión de día. No es que los adventistas de porfiados guardamos el sábado, cuando toda la sociedad está organizada para hacerlo en domingo, incluso sería hasta más cómodo para muchos que arriesgan trabajos y carreras profesionales con tal de ser fieles a Dios en la adoración en el día sábado. Por ello, no es un asunto de día, tiene que ver con adoración a Dios o adoración a Satanás.

En este sentido debemos ser muy claros. Si Dios ha buscado la adoración desde siempre, ¿por qué damos una adoración centrada en el hombre y no en lo que Él espera? Entendemos que asumir esta cuestión es difícil y que son muchos los cristianos sinceros que desean ser fieles a Dios y que aún no guardan el sábado por una cuestión de tradición o desconocimiento de la indicación divina. Creemos que muy pronto el Espíritu Santo será de gran ayuda para que muchos que están aún en la indecisión aceptaran adorar a Dios como Él espera.

Sábado y la creación
El cuarto mandamiento tiene sus raíces en la creación. Hay muchos que señalan al sábado como una práctica judía, sin embargo no podemos desconocer que su introducción en la humanidad incluso fue cuando aún no había pecado en la tierra y tan solo existían Adán y Eva; no habían nacionalidades aún, el pueblo judío es muy posterior a ese momento. “Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en el reposo de toda la obra que había hecho en la creación” (Génesis 2:3), por lo tanto el motivo y la razón del sábado como recordatorio de adoración a Dios no es para los judíos solamente, sino para toda la humanidad.

En cuando al motivo y razón, está señalado en el texto, ‘la obra que había hecho en la creación’, este mismo argumento se repite en los Diez Mandamientos. “Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo” (Éxodo 20: 11), el recordatorio para Israel estaba centrado en el hecho que Dios era el creador y que semana a semana habría que recordar ese hecho. Puntualmente habría que hacer una diferenciación con los dioses de los pueblos vecinos, quienes por supuesto plantearían otra ‘verdad’ en relación a la existencia de la humanidad.

Si observamos este mandamiento con el mensaje del primer ángel, por supuesto que encontramos una relación directa. El mensaje del primer ángel señala que ha llegado el momento de adorar “a aquel que hizo el cielo, y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas” (Apocalipsis 14:6). Creemos que este es un mensaje para estos días; por lo que en estos días se hace muy necesario destacar a Dios como el creador de todo.

¿Por qué razón se hace necesario en estos días hacer resaltar el mensaje de la creación bíblica como tal? A medida que la humanidad avanza, nos encontramos con un hombre independiente que busca respuestas. Posiblemente las mismas respuestas soberbias que se hizo antes del diluvio y que en esa búsqueda hicieron que Dios destruyera a la humanidad por medio de un diluvio (Génesis 6:5).

El hombre contemporáneo, busca respuestas. Busca respuestas para sus orígenes e intenta encontrarlas sin considerar a Dios. Gasta millones de dólares para explicar, por ejemplo el origen de la vida con un acelerador de partículas; máquina que intenta lograr la partícula que dio origen a la vida.

Por otro lado cada día aparece un nuevo elemento que fortalece la idea de un eslabón perdido, sin embargo muchos de ellos son invalidados por ellos mismos al tiempo después. Es que la evolución no se puede comprobar, no pueden establecer el momento en que pasó de ser animal a hombre, ¿cómo se explica el punto exacto en que pasa el mono a ser humano? Por ello es que otros señalan que una civilización de extraterrestres realizó una intervención genética y dio origen al hombre.

Las conclusiones sobre los orígenes se distorsionan en la medida que avanzamos en el tiempo. Pareciera que esta era de modernidad tecnológica y que nos hace sentir que vivimos en el ‘futuro’, se espera tener una respuesta lógica para cada evento y por sobre todo al origen de la vida.

Por esta razón es que se hace trascendente el asunto del día de reposo. No hemos separado el sábado como día de reposo, sólo como una medida de descanso físico y sicológico. Hemos separado el sábado como día de reposo, porque Dios lo estableció así y porque lo ‘bendijo y santificó’ (Génesis 3:2). Es un claro y poderoso testimonio sobre quién es el creador. Curiosamente la profecía bíblica señala a este tiempo como el tiempo en que el sábado debía ser restaurado como homenaje a Dios como creador.

Sábado y la redención
El libro de Deuteronomio es un texto destinado a la segunda generación de israelitas; los que entrarían a la tierra prometida. La otra mitad, había muerto en medio del desierto a causa de sus malas determinaciones. Es en este contexto que Moisés presenta nuevamente los Diez Mandamientos. No existe ninguna variación, sino que un aporte al significativo cuarto mandamiento. Dios ratifica que espera que el sábado exista un ambiente distinto al de los otros días, por supuesto considerando la adoración a Jehová como el creador, sin embargo en Deuteronomio se agrega el aspecto de la redención, “acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto, y que Jehová tu Dios te sacó de allá con mano fuerte y brazo extendido; por lo cual Jehová tu Dios te ha mandado que guardes el día de reposo” (Deuteronomio 5:15).

Egipto y Faraón son un símbolo del pecado y Satanás (Romanos 6:16,17). Esta es una cuestión fundamental para todo cristiano, tiene que ver con nuestro origen y destino; origen porque Dios es el creador y destino porque hemos sido rescatados por medio de su muerte sustitutiva. La liberación del pecado trae como resultado descanso y paz (Mateo 11:28), descanso porque hemos dejado de luchar con nuestras fuerzas y ahora somos capacitados y auxiliados por un poder sobrenatural, y paz, porque ya no debemos gracias a que fuimos redimidos (Romanos 5:1).

No podemos dejar de comparar la liberación de Israel que es considerada como un acto de salvación divina, con la muerte y resurrección de Cristo. Para ello hay que considerar todos los actos sobrenaturales de parte de Dios que incluyeron plagas e incluso la muerte de los primogénitos; pero a la vez la protección por medio de la sangre del cordero cuando celebraron la pascua. La salida de Israel de en medio de Egipto sólo fue posible gracias a la ayuda sobrenatural de Dios. Junto con ello la división del mar rojo cuando ellos vieron “a los egipcios muertos a la orilla del mar… vio Israel aquel grande hecho que Jehová ejecutó contra los egipcios” (Éxodo 14:31).

De la misma manera la redención ha sido lograda no por fuerza humana (Colosenses 2:15). Aunque Cristo vino como hombre, no era cualquier hombre, tomó una naturaleza humana, pero sin pecado. De esa manera venció a Satanás donde Adán en perfección cayó y fue derrotado. Cristo venció, logró la victoria y nos redimió. Su acto sobrenatural en la cruz, fue precedido por una vida de victoria sobre las tentaciones. Su victoria en el desierto de la tentación, su determinación de morir por la humanidad en el jardín de Getsemaní, y por supuesto su muerte en la cruz, hace de Cristo nuestro Redentor y Salvador.

Entonces ¿el sábado tiene importancia en nuestra salvación? Por supuesto que sí, el sábado no sólo es el día separado para celebrar a Dios como Creador; también lo es para celebrarlo como el Redentor.

Cuando separamos el sábado como día de reposo, no lo hacemos porque nuestra iglesia se caracteriza por ello; lo hacemos porque Dios lo hizo así y porque de esa manera celebramos a un Dios Creador de todas las cosas y también a nuestro Redentor, quien por esa última virtud ha logrado el derecho de hacer un día pronto, todas las cosas de nuevo.



No hay comentarios:

Publicar un comentario