La caída de Satanás
Por Aarón A. Menares Pavez©
Profesor de Teología Universidad Adventista de Chile
Mucho de lo que acontece en la actualidad y ha acontecido a través de toda la historia tienen un común denominador y ese común denominador es el pecado. Pareciera que estamos acostumbrados a él y sus consecuencias. Posiblemente en estos últimos años la humanidad se ha sorprendido por la cantidad grande de catástrofes que no dejan descansar. Aun más todo este fenómeno de catástrofes puede ser observado casi en vivo y en directo gracias a la TV e Internet, incrementando su impacto mediático. Es en este contexto que he escuchado voces que tímidamente se levantan señalando lo dramático que puede ser el planeta bajo el descontrol.
La gran lamentación humana no tiene una respuesta acorde con lo que las personas buscan, sin embargo la respuesta que los cristianos tenemos se fundamenta en la Biblia que explica el mal y a su autor; el pecado y Satanás. Es muy probable que no podamos definir a cabalidad lo que es el mal, pero podemos decir, que es lo contrario al bien. Aunque la Biblia nos entrega una descripción sobre el bien, por ser nuestra condición pecaminosa nos cuesta comprenderlo plenamente. A fin de cuentas el bien y el mal han sido los referentes en el que todo ser humano se ha desenvuelto a través de toda la historia. Los resultados del mal son demasiado notorios, con guerras, muertes, contaminación planetaria, enfermedades y esto sin contar con los llamados desastres naturales como los terremotos, maremotos, lluvias torrenciales, accidentes navieros aéreos y terrestres, y un sinfín de cosas que atentan contra la seguridad y la vida de los humanos.
También existe una cantidad de teorías en las que se asocia tanto al bien como el mal de una manera dependiente el uno del otro; es decir, el mal existe para que el bien pueda destacarse. La Biblia nos enseña que eso es imposible y que en algún momento el mal no existía; no obstante, sí hubo un extraño origen. Aquí es el punto de análisis que se requiere comprender adecuadamente.
El lucero creado por Dios
Una vez me llegó un correo electrónico argumentando que Satanás era un ser extraterrestre, creado por Dios con el fin de establecer un plan de salvación y erradicar el mal para siempre. En realidad hay argumentos para decir muchas cosas, incluso aquellas que no tienen solidez teológica. Pero, al parecer esta idea no se aleja mucho de lo que muchos piensan sobre el origen del mal.
La historia del mal y el pecado, se inicia con Lucifer, quien fue creado como cualquier otro ser; fue perfecto, santo y de su corazón sólo salía el frescor de la adoración a Dios. Desconocemos cuantos miles de años pasó en este estado, era un líder, un ejemplo importante, tanto así que llegó a ser un querubín de gran trascendencia en el liderazgo angelical.
Aunque la mayoría de los comentaristas señalan que el texto de Ezequiel 28 sólo se refiere al rey de Tiro, hay otros que hacen una relación con el futuro anticristo y también a lo acontecido con Lucifer. El Comentario Adventista reconoce en este texto una doble aplicación, señalando que el rey de Tiro es un símbolo de lo que sucedió en el cielo. Esta es la verdadera guerra de las galaxias, que habla de una guerra literal entre los ángeles leales a Dios y los rebeldes liderados por Lucifer. Hay algunas expresiones sobre Lucifer y su importancia mientras aún estaba en estado de santidad, “eras el sello de la perfección, lleno de sabiduría, y acabado de hermosura… tú querubín grande, protector… Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad” (Ezequiel 28: 12, 14,15). Lucifer era un ser perfecto, no pecador, sin tendencia al mal, no tenía en su ser la intención de acceder al mal, era tan perfecto como Adán y Eva antes del pecado, tan perfecto como cualquier otro ángel. Este aspecto es importante comprenderlo a la hora de la gran pregunta que todo el mundo se hace: ¿por qué entonces Lucifer pecó si nadie lo condujo a ello?
La Biblia habla del misterio de la iniquidad, es decir es un misterio y los misterios o cuestiones no reveladas, no deberían ser objeto de cuestionamientos (Deuteronomio 29:29). Esto parece frío y podría hasta ofender a la mente secular, sin embargo no hay respuesta al respecto. Lo que sí conocemos es cómo fue que cayó en pecado y no por qué, aunque sí la Biblia entrega cierta información que nos ayuda a comprender un poco lo acontecido. Lucifer al igual que nosotros poseía la cualidad y virtud que tienen todas las criaturas inteligentes y morales, la capacidad de decidir; conocido como el libre albedrío. No es que Lucifer fue creado para que en un momento de su vida sin fin, cayera en pecado y entonces produjese un desastre cósmico, digo sin fin, porque al igual que nosotros no fue creado para morir. Ezequiel dice que “a causa de la multitud de tus contrataciones fuiste lleno de iniquidad, y pecaste; por lo que yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh querubín protector. Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor… con la multitud de tus maldades y con la iniquidad de tus contrataciones profanaste tu santuario… espanto serás, y para siempre dejarás de ser” (Ezequiel 28: 16-19). También Isaías describe algo similar sobre Lucifer: “¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo” (Isaías 14:12-14). Si hiciéramos un resumen sobre el informe de Ezequiel e Isaías podríamos decir que la causa de la rebelión de Lucifer estuvo en su mirada egoísta y su autoelevación a un sitial que sólo corresponde a Dios.
Dios es y ha sido el creador de todas las cosas como también el creador de Lucifer. El que Dios sea el creador y sustentador de todo es una buena idea, tanto en lo referente con su función como Dios y Creador sino también en lo que respecta a su atención a cada una de sus criaturas que son sus hijos. En este sentido es gratificante pensar que el Creador está atento y al cuidado de todos sus hijos.
Al parecer a Lucifer lo sedujo el amor al poder, a la exaltación propia. Aunque recibía cierta honra por su importante desempeño, quiso más de lo que Dios en su sabiduría le había otorgado.
Elena White señala que hubo tres cosas que acontecieron con Lucifer, primero albergó “el deseo de ensalzarse”, segundo “se aventuró a codiciar el homenaje que sólo se debe al Creador” y “trató de obtener para sí mismo el servicio de lealtad de ellos -los ángeles-” (Patriarcas y Profetas, 13,14). Si consideramos el actuar de Lucifer, podríamos entender muchas de las cosas con las que él ahora como Satanás hace caer a los hijos de Dios. Por esta razón es que vamos a observar cada una y hacer aplicación a lo que acontece en nuestro diario vivir.
“Deseo de ensalzarse”. Esta es una cuestión más que común en nuestra sociedad contemporánea. La vemos a diario. Los noticiarios están llenos de ello en el mundo de la moda, en la política, los negocios. Las personas desean estar por sobre los otros, desean la búsqueda de reconocimiento y exaltación. Es verdad, en ocasiones somos escasos en reconocer a los otros; no hay nada de malo en hacerlo, el problema es que se busca un reconocimiento de posicionamiento por sobre los demás, los valores están alterados y centralizados en el hombre y no en la revelación, esto es muy característico en el posmodernismo. Lamentablemente también es una triste realidad en la iglesia, aconteció incluso son los discípulos de Cristo, quienes buscaban un lugar de privilegio en el reino de Cristo (Mateo 20:20). La visión que ellos tenían hasta ese instante sobre el reino de Cristo distaba totalmente a lo que realmente era su reino. Jesús les contestó y señaló que nadie que se llame su seguidor puede obviar tomar su cruz (Mateo 16:24-28), otorgando al seguimiento e incorporación a su reino la negación total de las virtudes humanas y la adquisición por fe de la justicia que él ofrece.
“Codiciar el homenaje que sólo se debe al Creador”. A medida que transcurre la historia de la humanidad aparecen nuevas teorías sobre la vida y su origen. En este sentido nos parece necesario entronizar el así dice Jehová por sobre las teorías humanas. La ciencia y los científicos buscan incansablemente respuestas a lo desconocido; respuestas que para los cristianos que aceptan la Biblia como tal si las hay, por ejemplo el origen de la vida y la creación. Sin embargo la ciencia y el hombre buscan una respuesta lógica y empírica. Por esto es que se invierten millones de dólares en experimentos como por ejemplo el acelerador de partículas que espera explicar el origen de la vida en el bing-bang, o los millonarios fondos en la búsqueda de un lugar fuera de esta tierra para extender la vida en el futuro. Así lo dijo Hawkins señalando que la única esperanza de vida para la humanidad en los próximos cien años será en encontrar un lugar fuera de la galaxia lanzando un superhombre y comenzar de nuevo. También podemos incluir los experimentos genéticos, que originalmente son una búsqueda de soluciones para la salud, sin embargo es una forma de ‘jugar a ser dios’. El hombre está en condiciones de manipular genéticamente al hombre, de mutar a los animales, de entregarles color fluorescente a ratones o cerdos. El hombre se hace ‘creador’ y se posiciona en el ‘lugar de Dios’. Por esto es que Satanás llegó a Eva y le dijo que si comía del fruto prohibido, serían como dios, conociendo el bien y el mal (Génesis 3:15). De una u otra manera Satanás hace lo mismo con sus tentaciones más sencillas. Su objetivo es posicionarnos por sobre Dios y establecer parámetros humanos que contradigan la voluntad de Dios. Por esto es que tenemos muchos hombres y mujeres que se dicen amadores de la verdad; sin embargo son amadores de su propia verdad, así hoy las personas son capaces de definir de manera independiente de la Palabra de Dios lo que es bueno y malo según su conveniencia; esto es aplicable incluso al estilo de vida cristiano o el tipo de adoración a Dios. Su mensaje blanco e ilusorio no es más que la amalgama de verdad y mentira con la que Satanás hoy quiere desestabilizar a los hijos de Dios utilizando la más vieja estrategia mentirosa.
“Trató de obtener para sí mismo el servicio de lealtad de ellos”. Supongo que los engaños de Satanás fueron sorprendentes en el cielo. La argumentación de Satanás fue tan contundente que la tercera parte de los ángeles le creyó y estuvieron dispuestos a seguirlo con la seguridad que hacían lo correcto por su futuro. El libro de Apocalipsis en el capítulo 12 señala que fueron expulsados del cielo. En este sentido hay mucho por decir. Primero, Dios nos hizo con la capacidad de discutir o disentir.
El problema está es que cuando no tenemos los antecedentes reales del caso, tomamos posición sobre una verdad y esta determinación nos trae consecuencias nefastas, esto sucedió con los ángeles en el cielo. Satanás debe haber utilizado toda su magia envolvente para asestar el engaño en aquellos seres santos. De la misma manera Satanás lo hace con nosotros, desencadena estrategias fantásticas para destruir; insensibiliza, adormece, la voluntad humana con el fin de separarnos de Dios. Utiliza la influencia y el liderazgo de algunos para desencadenar la división a todo nivel eclesiástico y de esa manera impide que la acción poderosa del Espíritu Santo actúe, sabe muy bien que mientras el pueblo de Dios se mantenga unido y en comunión no puede hacer nada, por esa razón es que siempre está buscando estrategias para dividir a los hermanos los unos con los otros. Por esta razón es que muy a menudo vemos iglesias divididas, creyentes de una misma fe con pensamientos divididos sobre una doctrina. Este es el trabajo de Satanás que no cesa en destruir e impedir que la obra de Dios se desarrolle armoniosamente.
Engaños satánicos
Hemos dado una pequeña descripción sobre cómo trabaja Satanás en medio de los hijos de Dios. Como dijo Pablo, esta es una batalla con el mundo espiritual, con agentes invisibles que batallan en medio nuestro y cuyo único fin es la destrucción (Efesios 6:12). Satanás tiene poder y mucho; mucho más de lo que nos podemos imaginar, es capaz de personificar a los muertos, incluso de hacer creer a toda la humanidad que la salvación vendrá de seres provenientes de otro mundo en naves espaciales. En estos últimos años ha creado toda una suerte literaria destinada a desconocer la obra redentora de Cristo, los argumentos del Código Da Vinci y el Evangelio perdido de Judas son un atentado a la obra de salvación, porque hacen de Cristo un ser que no murió y resucitó, hacen de Cristo un hombre bueno pero como cualquier otro.
Por otro lado el espiritismo está tomando un auge impresionante, como nunca antes hemos sido testigos de fantasmas o espectros que aparecen en las nuevas máquinas digitales y cuyos videos circulan por Internet. Mucha de la filmología hollywoodense está llena de ello también. Las grandes novelas y las más vendidas contienen la maléfica influencia satánica. Sí, a medida que transcurre el tiempo, su poder es aún más potente y notorio; tanto así que para muchos un encuentro de estas características puede ser algo de tipo celestial y divino, como ángel de luz incluso (2Corintios 11:14). Es su engaño más potente. Todo está preparándose para que al final personifique a Jesús imitando su regreso.
Por todo ello, necesitamos de una búsqueda incesante de la presencia de Dios. No podemos jactarnos de nuestras fuerzas, así estaremos derrotados. Afortunadamente, Jesús estableció un plan magnífico de salvación, gracias a ese plan, podemos contar con un poder sobrenatural para enfrentar lo sobrenatural. Por esto oró Jesús por Pedro, para que su fe no falte (Lucas 22:32); por esto tenemos que orar los unos por los otros.
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