Por Aarón A. Menares Pavez©
Profesor de Teología Universidad Adventista de Chile
http://aaronmenares.blogspot.com/
El cansancio aparece como una de las características más notables de nuestros días. No solo son quienes todos los días asumen una responsabilidad laboral, sea esta de cualquier tipo, también están las madres que decide quedarse en casa para asumir una responsabilidad más cercana con sus hijos. Por otro lado están los niños y jóvenes quienes son afectados cada vez más con una cantidad de responsabilidades que hacen que todos estemos cansados.
Necesidad de descanso
En primer lugar debemos establecer una necesidad de descanso. Posiblemente este es el primero y más importante paso a dar. Es posible que con toda la vorágine a la que somos sometidos incluso no nos permite asumir esta realidad. La necesidad de descanso está incluida en el manual de fábrica de cada uno de nosotros, porque Dios así lo estableció (Gn 2:3). Sin embargo los parámetros de la sociedad y las altas exigencias en muchos casos no permiten optar y buscar un descanso adecuado.
Responsabilidad de descansar
El otro concepto que debemos establecer es la responsabilidad que como cristianos tenemos al respecto. Los cristianos conocemos el concepto del descanso. Lo relacionamos con Cristo incluso, está señalado incluso antes del pecado cuando Dios presentó el reposo sabático, aunque en ese ambiente no podemos hablar ni de cansancio físico o mental, pero sí de una cesación reflexiva y de adoración. Sin embargo el concepto está ahí, justo después de la creación como un beneficio más de todo lo que Dios había hecho para el hombre.
Muchas cosas por hacer
Es verdad, hay mucho por hacer. Los días avanzan cada vez más rápidos que antes. Recuerdo cuando era niño los días me parecían interminables. ¡Claro! No tenía televisión, computadora y debía jugar en la tierra fabricando carreteras para mis autitos. Hoy nuestros niños están sometidos a un riguroso currículo desde los cuatro años –aunque a mi hijo mayor sólo por obligación lo envié al kínder, el menor lo hará a los cinco también- , y con ello les privamos el tiempo para jugar y desarrollarse de la mejor manera. Sin embargo no podemos batallar contra lo establecido. Por lo tanto habrá que buscar estrategias inteligentes para que en el caso de los que tenemos niños pequeños puedan disfrutar de la niñez sin la ‘responsabilidad’ estudiantil. Con ello no digo que los niños no deban tener responsabilidades, me refiero que los pequeños cuando ingresan al colegio, sea a la división que le corresponda, ya entran en la rueda académica que los verá crecer y desarrollarse hasta ser profesionales.
Mi esposa aunque tiene una profesión convencional, decidió aportar a la educación de nuestros hijos, sin embargo la carga familiar de llevar una casa y de educar se hace pesada también. Yo la veo que dedica tiempo para los quehaceres normales de casa, pero también dedica tiempo a estudiar con nuestro hijo mayor, y eso produce también el éxito estudiantil de él en gran medida. Pero ella termina el día cansada. Lo mismo puedo decir de mi y con esto espero identificar a cada persona que lee esta reflexión, también concluyo el día cansado, luego de haber realizado diversas tareas.
Con todo esto lo que deseo destacar es la falta de tiempo, tenemos muchas cosas por hacer. Las exigencias de los tiempos son cada vez más altas. El otro día nos visitó una joven que estudia Ingeniería Comercial, ella está terminando su carrera, sin embargo ya está pensando en hacer un MBA o un Doctorado, porque sin estos cursos su carrera pareciera está incompleta.
Por otro lado hay muchos que trabajan sólo para pagar deudas, están tan endeudados que no pueden disfrutar de lo que con tanto sacrificio han ganado. Esto hace que la vida se transforme en agotadora y estresante. Ante la falta de tiempo y la necesidad de ‘hacer’ tantas cosas ojalá que en la vejez no digamos que ‘nos faltó tiempo’ para lo que realmente importaba.
Cansancio
El cansancio y el estrés son los problemas que destruyen vidas y hogares. Ante esto habría que identificar cual es el límite de nuestras fuerzas, de esa manera la exigencia sería controlada por nosotros mismos y no nos pondríamos en situaciones que nos sobrepasaran. Hay organismos que tienen la capacidad de rendir más, pero hay otros que rinden menos.
¿Qué es el cansancio? El cansancio consiste en la disminución del rendimiento y de las funciones orgánicas, que vuelven a recuperarse por medio del descanso adecuado. Esta descripción es del cansancio normal y que incluso puede ser hasta placentero, sin embargo puede llegar a ser algo patológico, anormal y desproporcionado que se presenta sin haber trabajado en forma excesiva y es conocido como fatiga crónica.
El cansancio crónico trae diversas consecuencias asociadas y que son un verdadero obstáculo para desarrollarse adecuadamente en todo tipo de tareas. Por ejemplo hay trastornos de percepción, esto trae como consecuencia una interpretación incompleta, retardada o equivocada de señales, una disminución de crítica. También los trastornos de procesos de coordinación como movimientos erróneos, disminución de capacidad de movimientos oculares por unidad de tiempo. Los trastornos de la atención y concentración como la prolongación de los tiempos de reacción, la pérdida de reacciones y bloqueo de atención. Los trastornos de razonamientos como la lentitud de razonamiento, pensamientos extraños a la convivencia, perturbaciones en la formación de ideas y en la reproducción de conceptos memorizados. Finalmente los trastornos de la estructura motriz, como la disminución del interés, cansancio y aburrimiento, indiferencia ante los propios errores, trato mal humorado con otros, etc. (www.estrucplan.com.ar).
Descanso en Jesús
Podríamos hablar mucho sobre el cansancio y su descripción, y estoy seguro que usted tiene mucho por contar, sin embargo y como señalamos en un principio, es necesario asumir la necesidad y la responsabilidad al respecto. La indicación de Cristo es más que elocuente. “Venid vosotros aparte a un lugar desierto, y descansad un poco” (Mc 6:31). Los discípulos venían de haber estado trabajando para la causa evangelizadora, habían estado con las personas y cosa curiosa, Jesús los llevó a un lugar desértico, es decir sin gente para que descansaran. Esta invitación es exclusiva para que los que trabajan cesen un momento de sus labores y descansen.
No podemos dejar a un lado esta indicación para nuestras vidas. No es más importante el trabajo que la vida que el Señor nos entregó. Estoy seguro que ha escuchado o leído de historias sobre los pioneros de nuestra iglesia. Esos hombres y mujeres se entregaron por un objetivo dando sus vidas para ello. Pero, hoy podemos a diferencia de ellos tener momentos de descanso adecuados a la necesidad de cada uno, sin que por ello la urgencia quede a un lado. Esto también nos hace responsables sobre el uso adecuado del tiempo, la indicación divina es ‘descansar’ y se hace un deber o un mandato, esto por supuesto está relacionado con nuestra responsabilidad sobre el descanso adecuado.
Dos aspectos sobre esta invitación
En primer lugar el descanso físico es un tiempo necesario para recuperar las fuerzas gastadas en el trabajo. Ese es un aspecto que no tiene mucha discusión, pero que sin embargo son muchos los que no descansan adecuadamente con el fin de recuperar sus fuerzas, esta acción estaría contraria a la invitación de Cristo de descansar.
El otro elemento es el descanso sabático que hoy por hoy como concepto está siendo defendido no solo por los adventistas, sino que también las leyes laborales están señalando la necesidad de la cesación de actividades laborales un séptimo día. El mismo principio abogan las otras iglesias, tanto protestantes como la católica, la diferencia no está en el concepto de descanso sino en el día. Por supuesto que ese detalle no tiene cambio, Dios estableció el sábado como día de reposo y eso es indiscutible. El descanso sabático es una necesidad sicológica para el hombre, es decir los seres humanos estamos hechos para descansar un día después de seis de trabajo. El sábado tiene varias connotaciones espirituales, además de la ordenanza divina de separar el día sábado para el Señor, éste señala a Dios como creador (Éx 20:11) y redentor (Deut 5:15). Jesús señaló que el sábado había sido hecho por causa del hombre (Mc 2:27), eso quiere decir que el sábado es un real beneficio para la integridad espiritual, mental y física del ser humano. Por supuesto que Dios vela por nuestras necesidades y si el descanso es una de ellas, Él ha hecho la provisión necesaria. El problema no está en la indicación de separa el sábado como descanso, el problema es que las personas no lo utilizan así.
El descanso sabático se diferencia al descanso nocturno. Por ejemplo, durante la noche nos dormimos muchas veces pensando en las preocupaciones o en el pago que debemos hacer el día siguiente. También podemos estar preocupados por la tarea que dejamos pendiente, sin embargo, el sábado más que toda una cesación de actividad física, es un cambio de paradigma sobre como enfrentamos la vida. El sábado es descanso porque dejamos a un lado las preocupaciones habituales. De esta manera, sí descansamos el sábado.
Elementos para descansar. Cuando las personas tienen cargas que no dejan dormir, existen maneras para enfrentarlas. Por ejemplo se puede hablar con alguien, en muchos casos esta tarea la realizan los sicólogos, pero también puede ser de mucha utilidad alguna persona de confianza. Un pastor de confianza también está en este orden, porque es un profesional capacitado y además aporta en la parte espiritual. En este aspecto por supuesto Jesús es importante, es a quien podemos acudir a través de la oración y encontrar descanso (Mt 11:28).
El reposo final. Pablo compara el descanso sabático con la redención (Heb 4:11). Utiliza como ilustración la historia de Israel y su pecado de desconfianza en las promesas de Dios en aquel incidente en Cades Barnea (Num 13:27-33), cuando el pueblo rechazó el informe de Josué y Caleb sobre la tierra y avanzar por fe. Pablo señala que ese pecado les impidió entrar en el reposo, en la tierra prometida (Heb 4: 15,16). La recomendación para nosotros es a no perder ese reposo que está en el futuro. Por supuesto que acá la representación está relacionada con dos cosas, primero, a descansar y reposar en Jesús dejando todas las cargas. En segundo lugar, a la promesa de la redención que actúa en el presente perdonando los pecados, transformando la vida y en el futuro se manifestará cuando Cristo regrese por segunda vez.
Al finalizar esta reflexión quisiera que podamos descansar quietamente en los brazos de Jesús. Existen elementos que nos garantizan que este descanso será efectivo. En primer lugar nuestras cargas que pueden ser muchas, son eso: cargas. No tenemos la capacidad física y mental para sobrellevarlas en muchos casos, sin embargo Él es Todopoderoso para capacitarnos en cualquier tarea. En segundo lugar debemos considerar que no existe nada que sea imposible para Dios. Estamos hablando de Dios, por lo que no importa la gravedad de lo que cause la carga, Él ha hecho provisión necesaria y adecuada para que podamos enfrentarla. El tema es que cada uno busca su propia idea de cómo debe ser la respuesta divina, sin embargo es Él quien obra y lo hace de manera tan perfecta, que nuestra disposición debe ser de espera. Esto es lo difícil, sin embargo es lo mejor, porque esperamos lo mejor y lo mejor es lo que Él quiere o espera para nosotros, aunque en el intertanto sucedan cosas que nos inquieten y nos hagan llorar. Sólo de esta manera encontraremos descanso (Sal 23:1).
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